En muchas
ocasiones adquirimos y vemos en las colecciones temáticas extraordinarios
documentos de Historia Postal, nos esforzamos en buscar los documentos más
postales posibles que realmente hayan circulado y luego están colocadas en las
laminas expositoras sin su correspondiente investigación postal o nos limitamos
a poner algo superfluo que cualquier espectador puede ver y hay que recordar
que lo que es obvio no hace falta ponerlo. El coleccionista temático además de
utilizar todos los elementos que configuran en mundo del correo y poder
utilizar cualquier pieza de cualquier país del mundo, no tiene porqué dominar
la filatelia mundial, pero si está obligado a estudiar las piezas importantes
para mostrar su investigación y al mismo tiempo mostrar al publico y a los
jurados la rareza de esa pieza, ya que podemos caer en el error de poseer una
pieza rara y pasar desapercibida para todo el mundo.
Fragmento de una
hoja de la colección
“Monarquía, una
forma de Estado" de José Antonio Herrainz.
Por lo tanto en las
piezas significativas estamos obligados a realizar un estudio de las tarifas,
que es la razón por lo que dicho documento lleva un determinado franqueo o determinada
marca, fechador etc.
Hay ocasiones que
poseemos algún material que consideramos vulgar o poco raro y cuando nos
ponemos a investigar nos llevamos gratas sorpresas, pues resulta ser más raro
de lo que en un principio creíamos y en ocasiones por desconocimiento de todos
las adquirimos a precios muy económicos.
Un ejemplo de esto
podemos encontrar en la hoja de mi colección, “Colón, rumbo a las Indias”, dos
cartas circuladas con los primeros sellos de las emisiones chilenas con
franqueo alto, unos fechadores y matasello claros que evidencian una rareza
pero la investigación de las tarifas es lo que confirma realmente su rareza de
esos documentos. Y en esa misma hoja, una carta que podía ser de lo más simple
su investigación postal nos lleva a descubrir la ruta del vuelo, con ello
demostramos el trabajo de nuestra investigación postal y conseguir un resultado
muy satisfactorio y demostrar que la pieza no es tan corriente como a simple
vista nos parece.
En los últimos tiempos, una parte
de los coleccionistas temáticos además de su correspondiente investigación
añaden uno, dos o tres signos o marcas para indicar su estado de rareza, pero
ojo no caer en el error de poner esos signos o marcas sin su correspondiente
estudio.
Fragmento de una hoja de la
colección de Jonas Hällstöm
Un ejemplo de lo que NO puede ser, pieza de gran rareza sin
investigación filatélica.
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